Si estás pensando en recibir un masaje tienes que conocer los pasos que se llevarán a cabo durante la sesión.
Cada masajista sigue su propio protocolo, pero el método más estandarizado por la gran mayoría de quiromasajistas son los siguientes:
Para conocerte mejor el masajista realizará una serie de preguntas sobre tu estado físico actual (si existen algunas condiciones físicas para las cuales el masaje no es apropiado), tu nivel de estrés y si alguna parte de tu cuerpo es especialmente sensible.
Se te pedirá que te quites tanta ropa según la técnica del masaje solicitado, aunque la mejor forma de tomar un masaje es sin ninguna prenda de ropa, como es tu primer masaje es probable que desees tomar un Masaje Sueco el cual no requiere de despojarse de la ropa interior. Siempre se te cubrirá con una toalla para favorecer tu privacidad.
La ambientación de la habitación será cálida, tranquila y estará iluminada con luz tenue. Además sonará una música suave que ayudará a relajarte (en muchos lugares la música estará en frecuencias específicas para ayudarte en el proceso terapéutico).
El masajista te pedirá que te acuestes y te relajes en la camilla. También te proporcionará diferentes almohadas para que te sientas lo más cómoda(o) posible.
Se utiliza un aceite especial para facilitar la fricción durante la terapia. Si tienes compromisos ese mismo día, no hay problema, el cuerpo absorbe rápidamente este tipo de aceite. Sin embargo el quiromasajista siempre te ayudará a eliminarlo y no dejar rastro.
El ritmo del masaje es suave al comienzo, para calmar y relajarse, liberando de esta forma la tensión superficial. Poco a poco el masajista comenzará a trabajar más profundamente los tejidos y también a tratar zonas específicas.
Durante la sesión se utilizan una gran variedad de técnicas dependiendo de tus necesidades. El ritmo y la presión pueden adaptarse a tus preferencias, solo tienes que hablarlo con el masajista, antes o durante la sesión.
La sesión de masaje dura aproximadamente una hora, tiempo suficiente para relajar el cuerpo y abordar problemas específicos.
¿Qué hacer durante el masaje?
Acomódate y relájate. El quiromasajista moverá tu cuerpo cuando sea necesario, y en ciertos momentos te pedirá que te coloques en alguna postura en concreto para realizar mejor las maniobras. No obstante, para tu comodidad, puedes cambiar la posición siempre que quieras. Si durante el masaje sufres alguna molestia, no dudes en comunicárselo al masajista.
Lo mejor es cerrar los ojos y relajarse, algunas personas prefieren hablar pero no se logrará el nivel de relajación necesaria.
¿Qué sentirás durante la sesión?
El masaje en el tejido sano es relajante, en cambio en zonas lesionadas puede causar dolor o molestias que irán desapareciendo durante el tratamiento. No dudes en comunicar a tu terapeuta esas molestias para que pueda ajustar el tratamiento.
Tras el masaje te sentirás relajado, disfruta del momento y levántate con tranquilidad. Te habrás librado de dolores acumulados durante meses de tensión y creerás que tienes un cuerpo nuevo. ¡A algunas personas esta sensación les dura varios días!
¿Cada cuánto tiempo puedo recibir un masaje?
En principio todo dependerá de para qué necesitas el masaje, pero lo más habitual son tres o cuatro sesiones semanales con una semana de descanso. Este método suelen dar el máximo rendimiento ya que cada masaje mejora los efectos de la sesión anterior. Después de esto, realizar una vez cada quince días mantendrá la mejoría adquirida durante la terapia.